¿En qué piensas cuando te hablo del color naranja?

Seguramente la primera imagen que ha venido a tu cabeza es la de la fruta, esa esfera con piel corrugada que esconde dentro un secreto, a veces dulce y otras amargo, según la temporada del año. Si pensaste en la naranja como fruta, te resultará curioso saber que el extraordinario árbol del naranjo puede tener a la vez flores y fruto, por eso fue símbolo de la fertilidad y abundancia.

Tal vez al pensar en el color naranja, hayas recordado aquel atardecer que tanto te sorprendió por aquellas tonalidades rojizas, que para ser más exactos fueron de color naranja, y que pudiste disfrutar a plenitud.

El naranja es un color efectivo, atrevido y dinámico que genera una reacción inmediata. Es el resultado de la combinación de la luz y el calor, mezcla ideal para alegrar cuerpo y espíritu.   En algunas culturas es considerado una tonalidad sagrada, mientras que en otras es un símbolo de la realeza. También se relaciona el naranja con lo peligroso, y al mismo tiempo, se sitúa entre el amarillo y el rojo cuando se trata de sentimientos capaces de aumentar, siendo el amarillo ligero y sereno, y el rojo intenso y enérgico, representando el naranja una inquietud centrada.

En Europa no existen referencias del color naranja antes de la llegada de los naranjos desde Asia, traídos por los comerciantes portugueses. El mismo Goethe lo llamaba Gelbrot que significa “Rojo amarillento”.

Culturas con toques naranjas.

El naranja se encuentra muy presente en religiones asiáticas. El Dalai Lama, cabeza de la iglesia tibetana, aparece vestido en todos los tonos del naranja. En el confucianismo, el naranja es el color de la transformación. En India y en China la palabra para naranja deriva del azafrán, el tinte más caro e importante de la región. En estas culturas es considerado el balance perfecto entre la perfección del amarillo y el poder del rojo.

En el budismo el naranja se relaciona de forma simbólica con la perfección y con el más alto grado de iluminación, también puede significar la búsqueda del conocimiento. Krishna en el hinduismo suele estar vestido de amarillo y naranja.  

 

Color exótico que provoca diversidad de reacciones

El naranja es el color con más aromas, casi podemos asegurar que las cosas de color naranja no nos defraudarán en sabor. El lado fuerte del naranja está en los sentimientos que produce: calidez, emoción y diversión. Grandes maestros como Monet, Gauguin, Renoir y Toulouse-Lautrec hicieron un significativo uso del color en sus obras. Monet incorporó el naranja a sus puestas de sol, mientras que Toulouse-Lautrec usó el color para simbolizar la energía frenética de los salones de baile parisinos.  Van Gogh mezclaba sus propias tonalidades de naranja y las usaba en contraste con los azules y púrpuras característicos de su trabajo.

Transmite una sensación veraniega y fresca. Emocionante y alegre, el naranja también puede producir rechazo, como sucedió hace ya tiempo, cuando diseñadores publicitarios recargaban sus trabajos con el uso de este color con la finalidad de llamar la atención de los consumidores, ocasionando en éstos el efecto contrario. El naranja se convirtió en el color de la publicidad no deseada.  

Octubre, un mes que también es naranja.

Los colores y sentimientos no se combinan de manera accidental, están unidos con nuestro lenguaje y pensamientos. El efecto de los colores a nivel psicológico es de carácter universal, es por esto por lo que a través del color podemos identificar, unir y acercar a las personas con causas sociales.

Siendo el naranja un color que ha dejado huella importante en el arte y en la sociedad, que combina  la energía del rojo y la felicidad del amarillo, es el color adecuado para representar las reivindicaciones de las personas afectadas por el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

El 27 de octubre, importantes ciudades de España iluminan sus edificios más emblemáticos con el objetivo de dar mayor visibilidad a este trastorno crónico del neurodesarrollo, que afecta a entre un 5 y un 10% de la población infantil y que llega a la edad adulta.

Ahora cuando pienses en naranja piensa también en el TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad.)

Autora: Gloria Teresa Aguirre Vega
Fuente: mymodernmet